La elección de un buen sistema de calefacción es una decisión crítica en la reforma de cualquier hogar, ya que afecta tanto a la comodidad como a los costes energéticos a largo plazo.

El suelo radiante es un tipo de solución de calefacción que ha ganado rápidamente reconocimiento debido a su eficiencia y comodidad. En este artículo hablaremos sobre este sistema, poniendo el foco en dos aspectos fundamentales que definen su atractivo: el coste inicial de instalación y su eficiencia energética futura en comparación con los radiadores tradicionales. ¿Vale la pena invertir en la instalación de suelo radiante? Descubrámoslo.

¿Cuánto cuesta poner un suelo radiante?

Como decíamos, una de las primeras consideraciones a tener en cuenta al optar por el suelo radiante es el coste inicial de instalación. Este sistema implica una instalación más compleja que los radiadores convencionales, ya que requiere la colocación de un entramado de circuitos de calefacción embebidos en el recrecido, que a su vez sirve de soporte para la colocación del recubrimiento.

En general, el coste inicial de un suelo radiante suele ser más alto que el de los radiadores convencionales “de toda la vida”. Sin embargo, en el caso del suelo radiante no deberíamos hablar de “coste”, sino de inversión. Aun siendo menos económico en un primer momento, lo acabará siendo en un futuro próximo, ya que ahorrará en gasto energético a la vez que aumenta el confort de su hogar.

Consumo del suelo radiante

Entonces, ¿Mayor coste de instalación pero menor consumo? Eso es, el menor consumo de energía en un sistema de suelo radiante es una de las características técnicas que lo distinguen tanto de los radiadores convencionales como de otros sistemas de calefacción. Es aquí donde este tipo de pavimento tiene una mayor ventaja.

Pero, ¿cuáles son los aspectos técnicos que hacen que este ahorro sea posible? Básicamente, se trata de la potencia y gradualidad con la que se reparte el calor por las estancias. Este sistema de calefacción opera calentando gradualmente el suelo y la habitación mediante el uso circuitos de calefacción hidráulicos, que recorren el espacio bajo la superficie del pavimento.

A diferencia de los radiadores tradicionales, que a menudo requieren que el agua su interior alcance una temperatura de 65 ºC para poder calentar una estancia, el suelo radiante puede operar con temperaturas significativamente más bajas. Concretamente, hablamos de un rango de entre 45 ºC en el caso de suelos convencionales y de 30 ºC en el caso del Pavimento Cerámico Climatizado BEKOTEC-THERM. Una gran diferencia, ¿no lo cree?

Esta diferencia de grados tiene un impacto directo y notable en el consumo de energía. Es decir, el suelo radiante no necesita tanta energía como un sistema de radiadores. Ya que no es lo mismo calentar el agua a 65 ºC que a 30ºC. Obviamente en un suelo radiante, los costes energéticos serán del orden del 30 al 40% inferiores. 

¿Qué consume más: radiadores o suelo Radiante?

Para comprender completamente la eficiencia del suelo radiante es básico compararlo con los radiadores tradicionales. Los radiadores funcionan calentando el aire de una habitación, acumulando este en la parte superior de la estancia, lo que a menudo resulta en una distribución desigual del calor. Esto hará que haya partes de la casa (donde estén posicionados los radiadores) que se encontrarán notablemente más calientes comparado con el resto. La única solución ante esto sería la instalación de un mayor número de radiadores, lo cual equivaldría a un mayor coste energético.

Como comentábamos anteriormente, para lograr una temperatura equilibrada en una habitación, los radiadores deben funcionar a temperaturas significativamente más altas. Además, los radiadores también pueden causar problemas de sequedad del aire y aumentar la circulación de polvo.

En resumen, el suelo radiante se destaca por su menor consumo de energía y mayor eficiencia en la distribución del calor en comparación con los radiadores tradicionales. Aunque la inversión inicial pueda llegar a ser más alta, los beneficios a largo plazo en términos de comodidad y ahorro de energía pueden superar con creces este gasto inicial. Por lo tanto, desde el equipo de Schlüter-Systems te recomendamos considerar notablemente el suelo radiante como sistema de calefacción para tu hogar.